miércoles, 17 de junio de 2009

Up!: Un oasis de angustia en un desierto de aventuras

Es un poco paradójico que la última película se Pixar se llame Up: Una aventura de altura. ¿Y dónde esta la paradoja? dirán ustedes. Pues está en que el próximo año estrenan Toy Story 3: una franquicia segura, lo que tampoco es malo, si se tiene en cuenta que la tercera parte se estrenará ¡15 años después de la primera! (recuerdo haber visto la primera parte a ¡los nueve años en VHS!) bueno ¿y dónde esta la paradoja? seguirán preguntandose. Pues la paradoja es que Up es la última película de Pixar antes de un nuevo aterrizaje, y es que con esta peli se acaba un segundo ciclo magistral de Pixar integrado por Ratatouille, Wall - E y la película sobre la que ahora escribo. Y es que creo fervientemente que tanto Toy Story como Cars, son filmes dónde la balanza se inclina más hacía el lado comercial que al creativo, lo que no quiere decir que sean obras que desciendan al nivel de Dreamworks. Muy por el contrario ambos filmes son notables, pero pálidecen frente otros como Monster Inc., Buscando a Nemo o Wall - E. Y es en esta última película dónde los riesgos que toma Pixar son bastantes, dirigida por Peter Docter (quien también dirigió Monster Inc.)cuenta la historia de Carl Fredricksen un vendedor de globos viejo y mañoso, que vive en una pequeña casa rodeada de rascacielos, hasta que literalmente es expulsado por el sistema, por lo que decide amarrar los globos que le quedan a la casa e iniciar un viaje hacía Venezuela en busca de las "Cataratas del Paraíso" (alter ego del salto del Ángel), acompañado por un pequeño boys scout llamado Russell, cumpliendo así el sueño que antes tuviera con su esposa Ellie. Al llegar a sudamerica no tan sólo se encontrarán con un mundo pérdido, sino que también con una extraña ave, perros que hablan, un viejo héroe que se convierte en villano y por supuesto la infaltable ¡AVENTURA!

No son pocos los elementos de continuidad que Up establece con Wall - E, en esta última se nos narra una historia de amor maracada por la imposibilidad y la contradicción entre dos robots (Wall - E y Eva), más humanos que cualquier otro personaje, que son los responsables de que la tierra vuelva a repoblarse, también vale la pena recordar que la primera media hora estaba dominda por el silencio y el paisaje de un planeta tierra arrasado, colapsado y lleno de basura. Por otra parte en Up observamos una historia de amor, entre Carl y Ellie narrada silenciosamente en alrededor de quince maravillosos minutos plagados de emoción y simbolismos (ascensos y descensos) dónde vemos como se conocen en la niñez unidos por el sueño de viajar a sudamerica, se casan y viven felices hasta que...(vean la peli). Las contradicciones también se hacen sentir en Up, Carl Fredricksen es un viejo de 78 años con la imaginación de un niño y la inquebrantable voluntad de un aventurero, que tras ser expulsado de la realidad que habita, por un siempre agresivo desarrollo, decide hacer realidad sus sueños con Ellie. Accidentalmente será secundado en su travesia por Russell un niño ¡setenta años menor que él! que proviene de una familia disfuncional, lleno de conocimientos e ideas. Claramente Carl y Russell nos traen a la memoria las parejas clásicas de la literatura como Sherlock Homes y Watson, Don Quijote y Sancho Panza, Robinson Crusoe y Viernes, etc.Lo interesante de todo esto es que esas pequeñas y grandes contradicciones, entre las que perfectamente podría estar una casa elevandose gracias cientos y cientos de globos, son las que ayudan a hacer verosimil las peripecias de Carl y Russell en ese mundo pérdido y salvaje, un paisaje marcado por la selva y el desierto, por animales exóticos, un paisaje que recuerda a las viejas historias de aventuras como el Tarzán de Edgar Rice Burroughs, además de ciertos toques de tecnología que le dan un exquisito aire Pulp, haciendo inevitable que recordemos el Flash Gordon de Alex Raymond.

Pixar sabe que el terreno de la animación es el de hacer posible lo imposible, sin embargo no basta con eso, no basta con mezclar, con hibridar elementos alejados en el tiempo, en el espacio, mezclar fantasía y realidad libremente, sino hay un soporte argumentativo, sino hay artesanía a la hora de ir desarrollando las hebras de la historia. Porque quizá el punto dónde Up corre todos los riesgos no es en su propuesta figurativa, en los personajes y en el mundo representado, lo que ya es bastante decir, sino que dónde Peter Docter y compañia pone sus cartas es en la angustia, en la pena y en el dolor. Sentimientos omnipresentes en la película, y representados por esa casa flotante, porque el verdadero peso de las cosas no es su materialidad, sino que la duración que tiene en nuestra alma. Carl debe aprender a sobrellevar el dolor y la angustia, para poder reinventarse, comenzar una nueva vida, sin olvidar. Puede que la película no sea otra cosa, sino un largo duelo disfrazado de aventura. Pero claro, eso es muy triste, mejor pensemos que es una maravillosa reflexión acerca de las geografías, de las topografías de la imaginación, y que el interpretar la forma de una nube, confundir una montaña con un gigante, son acciones que dan cuenta del poder de la imaginación, que es capaz de destruir las celdas de la realidad.
¡Imprescindible!

1 comentario:

Daniela C. dijo...

Hay unos yerros ortogràficos por ahi, pero pese a eso, está muy linda la crítica :se nota que te emocionaste con la pelicula!
un abrazo grande Pablete