jueves, 14 de mayo de 2009

Moore y Gebbie sobre LOST GIRLS


Por si alguien no lo sabe, Lost Girls es un cómic pornografico escrito por Alan Moore y dibujado por Melinda Gebbie. En más de trescientas páginas que significarón unos veinte años de trabajo Moore y Gebbie, cuenta la historia en que Dorothy (El mago de Oz), Wendy (Peter Pan) y Alicia (Alicia en el país de las maravillas) toman conciencia de que son personajes de ficción y se encierran en un hotel, a principios del siglo XX, mientras hay una guerra, para llevar a cabo su iniciación sexual. Zona Negativa desentierra una extensa entrevista realizada a los autores el año pasado que se encontraba inédita, donde Moore y Gebbie dan cuenta de sus intenciones e ideas con respecto a diversos temas presentes en la obra como la pornografia, el erotismo y la muerte. La entrevista es extensa y al leerla se asistira no tan solo al mapa mental de los autores, sino que también a interesantes detalles sobre la producción de la obra. Su lectura es algo que no se pueden perder, aunque en su vida hayan leido un cómic, además Lost Girls es una obra imperdible que traslada al noveno arte el nivel de clásicos como el Márques de Sade. A continuación unos fragmentos de la entrevista, cuyo único "pero" es lo poco que habla Melinda Gebbie, quizás es natural que el guionista lleve la batuta en estas cosas, asi que la mejor forma de visualizar a la dibujante es observando unas páginas de sus obras.
Alicia, Wendy, Dorothy...

Alan Moore:"En el transcurso de las primeras conversaciones sobre este proyecto que Melinda y yo mantuvimos hace veinte años, se nos ocurrió la idea que sería la base fundamental de Lost Girls: la de utilizar como protagonistas a tres personajes sacados de diversas historias infantiles muy populares (Dorothy de El mago de Oz, Alicia de Alicia en el País de las Maravillas y Wendy de Peter Pan). Nos dimos cuenta de que lo que más nos atraía de ese concepto de reunir en una misma historia a esos tres personajes en concreto era que, gracias a ellas, teníamos la metáfora perfecta sobre cómo todos nosotros entramos en el mundo del sexo y adoptamos nuestra identidad sexual. El sexo es un mundo extraño al cual de repente nos vemos arrojados; a partir de entonces, la gente que nos rodea ya no parece comportarse como solía hacerlo y nosotros tampoco. Cuando somos conscientes de la presencia del sexo, el mundo cambia; nos vemos dentro de un paisaje que nos resulta extraño, emocionante, hilarante y aterrador… Una sensación que se asemeja mucho a la que experimentan Wendy, Dorothy y Alicia en sus respectivas historias cuando descubren esos nuevos mundos llamados El País de Nunca Jamás, Oz y el País de las Maravillas."

Alan Moore: "En resumen, al utilizar a estos tres personajes de ficción estancados eternamente en la infancia en el mundo de la ficción, y hacerlos crecer hasta llegar al umbral del despertar sexual, pensábamos que podríamos lograr que nuestro mensaje tuviera un alcance más universal, y que los lectores llegaran a reflexionar sobre sus propias experiencias sexuales, sobre esas cosas de las que nunca hablamos… y que tal vez sería bueno que habláramos de ellas para poder superar algunos de los traumas que pudieron originarse debido a esas vivencias, tal y como hacen los personajes de Lost Girls. De este modo, quizá estemos aportando nuestro granito de arena a la hora de solucionar algunos de los problemas que surgen en ese terreno, algunos de esos traumas que aparecen durante el despertar sexual de los que la gente nunca habla con nadie."

¿POR QUÉ EL PORNO?

Alan Moore:"En un principio, lo que queríamos hacer era elevar este género al nivel que nosotros creíamos que debería estar, porque, al fin y al cabo, el sexo forma parte de la vida cotidiana del ser humano, es algo que nos afecta a todos de un modo u otro. Otros géneros como el de terror, la serie negra o la ciencia ficción no siempre están ligados de una forma tan íntima con nuestras vidas, no tienen tanta importancia dentro de nuestras vidas. Si bien es cierto que esas historias pueden resultarnos muy emocionantes, a la hora de la verdad, la mayoría de nosotros en su vida diaria no se relaciona con criminales, ni tiene nada que ver con algún asesinato, ni acaba siendo testigo de la invasión de la Tierra por parte de unos platillos volantes… Sin embargo, todos tenemos experiencias en el campo del sexo y la sexualidad, y tenemos nuestras opiniones al respecto."

Alan Moore:"Nos dimos cuenta de que la única clase de pornografía que realmente nos gustaba, era la que encontrábamos en la literatura de la era Victoriana y Eduardiana, y, en términos visuales, en la obra erótica que ciertos ilustradores habían desarrollado a lo largo de los últimos doscientos años. Llegamos a la conclusión de que nuestra versión ideal de la pornografía sería aquella que surge en estado puro de la imaginación, porque, y esta es una opinión estrictamente personal, para mí (y creo que para Melinda también) en cuanto se utiliza la imagen de una persona real en este género, resulta inevitable que una serie de ideas sucias, inquietantes y deprimentes acaben invadiendo el terreno de la fantasía sexual."

Alan Moore:"Así que decidimos que podíamos reinventar este género que, por lo general, ha sido tratado tan mal, y dotarle de un cierto grado de intelectualidad y valores estéticos; pensamos que podíamos transformar la pornografía en algo distinto, pero que aún cumpliera con los fines que se supone que este género tiene que satisfacer… es decir, excitar a la gente, pero que lo hiciera de tal manera que no utilizara a las mujeres como objeto, que no tratara a los protagonistas de forma degradante, que no hiciera lo que la pornografía suele hacer."

Alan Moore:"En definitiva, se trata de una vivencia en la que uno se encuentra aislado (al menos, eso es lo que suele pasar en nuestra cultura). Todo esto lleva a que la gente se encuentre aún más aislada o se sienta todavía más sola, a que se sienta aún más culpable o avergonzada, justo lo contrario a lo que se supone que es el fin último del arte. El arte, en su mejor versión, alcanza su máximo objetivo cuando (ya sea leyendo un libro, o contemplando un cuadro o escuchando una obra musical) vemos que a través de él se expresa una idea o un sentimiento que previamente habíamos imaginado que solo nosotros habíamos experimentado. Así que cuando disfrutamos al arte, nos sentimos menos solos; sin embargo, la pornografía produce el efecto contrario, nos hace sentirnos más solos y aislados. Pensamos que debíamos intentar poner remedio a esa situación, teníamos que ver si éramos capaces de crear una obra hermosa que estuviera contada de forma muy creativa, pero que, al mismo tiempo, cumpliera con los fines que se supone que persigue toda obra pornográfica. De modo que acabáramos transformando la pornografía en algo con lo que nosotros nos sintiéramos realmente satisfechos, en algo que tuviera un gran potencial artístico."

HACIENDO EL AMOR O LA GUERRA...

Alan Moore:"Por todo esto, queríamos que Lost Girls hablara sobre esta opción ineludible: “Haz el amor o la guerra”. Es una variación que yo creo necesaria del típico slogan de “haz el amor, y no la guerra”, ya que considero que esta disyuntiva debe plantearse así, en toda su crudeza: si no centras todas tus energías en el amor, en lo creativo, en la imaginación, entonces esas energías tienen que acabar en alguna parte. Cuando a nuestros líderes les conviene, por razones de estrategia económica, política o militar, les resulta muy fácil mandarnos a miles o millones a morir; de modo que toda la energía que hubiéramos concentrado en crear un cuadro, un libro, o simplemente en hacer el amor con nuestra pareja… toda esa energía acaba desperdiciada en algún infierno extranjero, donde nos dedicamos a matar a otra gente de nuestra misma edad o acabamos siendo asesinados por ellos. Queríamos que esa disyuntiva quedara tan clara como fuera posible."

LA OBRA SEGÚN MELINDA...

Melinda Gebbie: "Lost Girls se asemeja a un ballet: uno puede ver un espectáculo de danza en el que participan los mejores bailarines del mundo y, si carece de la sensibilidad o la formación necesaria, no va a entender nada de lo que pasa sobre el escenario; simplemente verá a gente dando botes por el escenario como idiotas. Por lo tanto, lo mismo que ocurre con el ballet, sucede con Lost Girls. Crear y disfrutar de este tipo de obras requiere de una cierta sensibilidad de la que carecen los editores de estas revistas en las que solo salen de genitales en primer plano; eso no es arte, lo único que se busca es excitar al personal, ese es su único cometido: ahí no se trata de combinar la mente, el corazón, el alma y el sexo con la estética, algo que sí ocurre en Lost Girls y que nunca antes se había hecho."

Melinda Gebbie y Alan Moore

Via/ ZonaNegativa