viernes, 8 de mayo de 2009

Art Noir

Hace poco leia en un artículo aparecido en La Tercera, sobre las futuras novelas gráficas a publicar por ediciones Mythica, la opinión del Roberto Ampuero (fichado por Mythica) acerca del cómic que según el era más demócratico que la literatura porque al fin y al cabo no es una obra de una sola persona. La idea no es comentar la visión de la democracia según Ampuero (si es que existe algo así) ,sino como al inefable escritor al parecer lo que más le llama la atención del mundo del cómic es lo concerniente al trabajo en equipo. Y es que en industrias de la magnitud de la gringa la cantidad de manos que se mueven en torno a una obra comercial son bastantes: un guionista, un dibujante, a veces antes del dibujante hay alguien que hace un boceto, un entintador, un colorista, un editor endemoniado que cambia lo que quiere, etc. Por eso que nadie se sorprenda si en alguna entrevista o comentario por ahí lee que a cierto autor le gusta tal obra porque aprecia los trazos de Neal Adams y que no es lo mismo que a Neal Adams lo entinte fulano, o sutano, o que el mismisimo Neal Adams se auto - entinte. O que cierto autor se banco tantos números de Superman solo para admirar el entintado de Dick Giordano, en el cómic pasa algo parecido a lo que ocurre en el cine; entre tantas manos metidas en una obra no ha de extrañar que un par haga escuela. Por el contrario hay tandems comiqueros brillantes como Moore-Gibbons, Miller-Mazzuchelli o Jodorowsky Moebius, donde la simbiosis de ideas y creatividad es de tal calidad que nos sabes y es imposible discernir que se le ocurrió a cada uno. El ejemplo contrario de esto último ( y es aquí donde quería llegar) es cuando hay un desnivel absoluto en cada parte, Blacksad es ejemplo inmejorable de ello. Blacksad es un cómic de serie negra, o sea asistimos a las peripecias de un detective por resolver ciertos casos, un detective clásico y arquetipico o sea, un tipo cínico, duro y rudo,que se enamora de mujeres despanpanantes tipo Rita Hayworth, todo enmarcado en una época que remite a los años cincuenta. Pero la gran diferencia es que el detective John Blacksad es un gato negro, así es la gran particularidad de la serie Blacksad es que se vale de figuras antropomorfas, animales que representan a seres humanos. Retomando el tema de la división del trabajo nos encontramos con que el español Juan Díaz Canales se hace cargo de los guiones y Juanjo Guarnido del arte en su totalidad, o sea que eso que a veces en estados unidos lo hacen varias personas Guarnido lo hace solito. Hasta la fecha solo existen tres tomos autoconclusivos de Blacksad: Un lugar entre las sombras, donde John Blacksad se lanza en busca de venganza porque han matado a un viejo amor; Natalia Wilford. Artic Nation donde vemos a Blacksad en una ciudad fuera de la urbe, donde debe encontrar a una pequeña niña que ha sido secuestrada, racismo, fundamentalismo y una suerte de Ku-klux-Klan se cruzan en su camino. Y así llegamos a Alma Roja, en plena guerra fría y persecusión comunista en estados unidos, Blacksad se encuentra con un viejo amigo que forma parte de un grupo izquierdista financiado por acaudalado comunista, la acción comienza cuando los miembros del grupo comienzan a ser asesinados, amén de guerra fría, juegos núcleares y conspiraciones de la URSS.
Cualquier persona que guste del género policial ya sea a través del cine , la literatura o el cómic, se habra dado cuenta con las pocas líneas dedicadas a cada tomo que la cosa es clásica a más no poder. Y es ahí donde esta el problema de Blacksad porque Díaz Canales no se ha salido ni un poquito del arquetipo, el respeto a las reglas básicas, reutilizadas y relamidas del género negro es reverencial perjudicando totalmente la serie. Los personajes son planos y las tramas y motivaciones son absolutamente predecibles para cualquiera que haya visto o leido una que otra obra del mismo género, ya no digamos un amante de este. Muy por el contrario,absolutamente en la otra vereda esta el arte de Juanjo Guarnido y sus figuras antropomorficas que son absolutamente soberbias en cuanto a sus expresiones, sus movimientos, sus rasgos fisiologicos, parece que en cualquier momento se salen de las páginas. En este sentido es notable como es capaz de delinear caracteres, saltandose el irrelevante guión, con gestos y movimientos, expresiones de dolor, de placer, de furia y de tristeza se ven con más fuerza y se aprecian con más claridad en estos rostros de animales, que en muchas otras obras protagonizadas por seres humanos. Además esta el apartado técnico donde Guarnido también es soberbio, el uso de planos y contraplanos, angulos cenitales traidos del cine negro clásico, además del uso de la iluminación y las sombras hacen que el solo acto de hojear los tomos sin leerlos, solo apreciar la cadencia y ritmo de las viñetas le habra un espacio a Blacksad en cualquier biblioteca. Todo esto se ve intensificado por el uso de acuarelas para colorear las páginas, lo que hace que resalten con más claridad los tonos usados con bastante coherencia de acuerdo a cada momento de la obra, así cualquier escena aunque sea de tensión puede ser correctamente apreciada por la limpieza y claridad de los colores. Backsad es una obra absolutamente desigual, pero en aquellos puntos donde el trabajo es de buen nivel Guarnido toca el cielo y solo por su arte John Blacksad pasara a la posteridad en el mundo de la historieta.

1 comentario:

Daniela C. dijo...

todo clarisimo, que buena pablete