Primera Curiosidad: “Vivir es perder el tiempo…” leo preocupado y más, si se piensa en el punto sociohistórico en que escribo: una sociedad capitalista, donde el tiempo es oro y, si no se está haciendo oro, estás perdiendo el tiempo. Donde, además, la muerte como parte de la vida sólo se comprende como perdida, perdida de la vida (que no es más que tiempo de capital). El tiempo, en cada segundo, en cada momento, vive martillando ecos de la maldición de nuestras vidas, el tiempo se agota y con él la vida.
La última película de David Fincher, El curioso caso de Benjamin Button, viene a invertir el concepto del tiempo como perdida inexorable de la existencia, al narrarnos la vida de Benjamin Button: un sujeto que nace con las características físicas de un anciano de ochenta años y al que sólo le queda perder un breve lapso de tiempo para morir. Lo curioso en la vida de Benjamin Button no radica en su nacimiento como sujeto ya anciano, sino, en que su duración no se relaciona con la perdida de tiempo, al contrario, su vida sólo es suma de tiempo. El reloj al revés, representado en Benjamin Button, quita a este objeto la maldición de la pérdida, destraumatizando al sujeto.
Al comienzo, cuando se nos narra la vida de un relojero renombrado que pierde a su hijo en la guerra y, el gesto de éste al invertir el curso del reloj (visaje también presente en La ciudad de Gonzalo Millán), se nos exhibe lo que podríamos llamar la paradoja de Button; un sujeto que sólo debe perder, gana, suma y adquiere tiempo, vida. El nacimiento de Button es paradigmático, nace el mismo día del término de la primera gran guerra, su madre muere y su padre lo abandona, perdidas que enseguida son vueltas a sumar. Lo curioso de El curioso caso de Benjamin Button es la conciencia de que en la vida sólo se suma, ya sea jugando con un(a) amigo, viendo alguna película gore, sentado en un sillón sin hacer nada (haciendo todo) y así hasta el finito, para que cuando, en el final de los días, no se piense en lo que se ha perdido o se podrá perder, sino en todo lo que se ha sumado; el gesto de la perdida sumada es lo más curioso de Benjamin Button.
2 Curiosidad: La mayor suma de todas las de Benjamin Button está inserta en la memoria de los amantes.
3 Curiosidad: A pesar de ser una película en esencia temporal, El curioso caso de Benjamin Button, configura los espacios de una manera excepcional, todos, absolutamente, vivos.
La última película de David Fincher, El curioso caso de Benjamin Button, viene a invertir el concepto del tiempo como perdida inexorable de la existencia, al narrarnos la vida de Benjamin Button: un sujeto que nace con las características físicas de un anciano de ochenta años y al que sólo le queda perder un breve lapso de tiempo para morir. Lo curioso en la vida de Benjamin Button no radica en su nacimiento como sujeto ya anciano, sino, en que su duración no se relaciona con la perdida de tiempo, al contrario, su vida sólo es suma de tiempo. El reloj al revés, representado en Benjamin Button, quita a este objeto la maldición de la pérdida, destraumatizando al sujeto.
Al comienzo, cuando se nos narra la vida de un relojero renombrado que pierde a su hijo en la guerra y, el gesto de éste al invertir el curso del reloj (visaje también presente en La ciudad de Gonzalo Millán), se nos exhibe lo que podríamos llamar la paradoja de Button; un sujeto que sólo debe perder, gana, suma y adquiere tiempo, vida. El nacimiento de Button es paradigmático, nace el mismo día del término de la primera gran guerra, su madre muere y su padre lo abandona, perdidas que enseguida son vueltas a sumar. Lo curioso de El curioso caso de Benjamin Button es la conciencia de que en la vida sólo se suma, ya sea jugando con un(a) amigo, viendo alguna película gore, sentado en un sillón sin hacer nada (haciendo todo) y así hasta el finito, para que cuando, en el final de los días, no se piense en lo que se ha perdido o se podrá perder, sino en todo lo que se ha sumado; el gesto de la perdida sumada es lo más curioso de Benjamin Button.
2 Curiosidad: La mayor suma de todas las de Benjamin Button está inserta en la memoria de los amantes.
3 Curiosidad: A pesar de ser una película en esencia temporal, El curioso caso de Benjamin Button, configura los espacios de una manera excepcional, todos, absolutamente, vivos.